El universo microscópico: Micoplasmas
- Tabaré Duché
- 5 may 2015
- 2 Min. de lectura
No son más de tres siglos que un hombre se asomó por primera vez a un mundo nuevo y misterioso, poblado por millares de diminutos y diversos individuos actualmente llamados microorganismos, algunos muy feroces y mortíferos capaces de exterminar poblaciones completas, otros muy útiles y beneficiosos para la humanidad y que nos han llevado a grandes avances científicos y tecnológicos, e incluso muchos cuyo hallazgo ha sido más importante que el descubrimiento de cualquier continente o archipiélago (De Kruif, 1986).

Actualmente la utilidad que poseen estos pequeños organismos dentro de áreas antropogénicas es impresionante, y en algunos casos casi imprescindible. En la medicina el impacto que han tenido es asombroso, con cambios de paradigma tan importantes como los postulados de Koch, los cuales explican el origen de una enfermedad a partir de un individuo microscópico, y la aplicación de la ingeniería genética para la fabricación y mejoramiento de fármacos y terapias (Fuentes, 2007), en la agricultura para el mejoramiento de especies y la optimización de los suelos, teniendo una mayor producción y cultivos más controlados, y una diversidad más de áreas. Sin embargo debido a su reciente descubrimiento, y a pesar de la gran cantidad de conocimientos que se han adquirido, aun no se conoce mucho sobre los microorganismos, sus funciones como individuo y las interacciones que juegan con otros dentro de su medio.
Al igual existe la posibilidad de la presencia de muchas especies de microorganismos que aún no se han aislado y que pueden ser de gran importancia médica, biotecnológica entre otras. Un caso peculiar es el de los mollicutes, estas bacterias, a diferencia de las gram-negativas y gram-positivas, se caracterizan, principalmente, por la ausencia de pared celular, entre otras cualidades. Se encuentran ampliamente distribuidos como patógenos y comensales de plantas y animales, existiendo ocho géneros: Acholeplasma, Entomoplasma, Mesoplasma, Spiroplasma, Asteroplasma, Ureaplasma y Mycoplasma, siendo este último el más aislado en animales domésticos y humanos, seguido por Ureaplasma.
Los Mycoplasmas son los individuos vivos más pequeños, capaces de existir en medios libres de células, que se han descrito en dimensiones celulares al igual que en el tamaño de su genoma. Estos fueron aislados por primera vez en el año de 1898 por Nocard y Roux, al demostrar que la pleuroneumonía en ganado vacuno era causada por organismos que pasan por filtros que retenían bacterias (Rivera-Tapia). Estos microorganismos exhiben características morfológicas, metabólicas y moleculares muy particulares que se han vuelto un punto de interés en la investigación microbiana, ya que durante la práctica clínica diaria se relacionan con enfermedades tanto agudas como crónicas, que en ciertas ocasiones llegan a términos fatales. En el humano se han aislado de diversos sitios anatómicos, tanto en individuos con diversos padecimientos como en individuos con un diagnostico sano.
Referencias
De Kruif, P., 1986. Cazadores de microbios. Salvat.
Fuentes, C.C., 2007. Los postulados de Koch: Revisión histórica y perspectiva. RCCV., 1: 262-266.
Rivera-Tapia, J.A., Cedillo-Ramírez M.L., Vega-Benítez M., 2001. Micoplasmas y su importancia médica. Rev. Biomed., 12: 262.271.
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